LA VERDADERA AMISTAD
Érase una vez un niño llamado Jose María, era de estatura media, moreno y con ojos marrones. Vivía en Sevilla. El verano pasado Jose María conoció a un niño llamado Shin Chan. Era muy bajo, pelo moreno y ojos negros. Jose María, cuando se iba a la cama, siempre pensaba en su verano favorito (en el que conoció a Shin Chan).
Un día como otro cualquiera, Jose María fue a abrir el buzón ¿de quien es esta carta?
Jose María sin duda ninguna abrió la carta: "Hola ¿te acuerdas de mi? soy Shin Chan, tu amigo del verano pasado. Quería decirte que en estas fechas voy a ir Sevilla: SHIN CHAN".
Jose María al ver esto fue corriendo a su cuarto a coger un papel y un bolígrafo,para responder a su carta.
Una vez hecha la carta buscó por su cuarto una foto de él y en el sobre puso la dirección, pero antes de de entregarla tenía que preguntarle el día exacto que iba a venir.
Una vez hecha se acordó que esa misma mañana venía el cartero. Fue corriendo hacía la puerta, y en ese mismo instante el cartero estaba recogiendo las cartas. Él con mucho entusiasmo le dio su carta.
A los tres días le llegó la carta, pero había un problema, Shin Chan estaba ya cogiendo el avión, pero de toda formas él no se lo iba decir porque le quería dar la sorpresa, ya que sabía la dirección. Viajó durante mucho tiempo, pero por fin llegó. Al bajarse se fue corriendo a la calle MARICRUZ DE COMPOSTELA, que es donde vivía Jose María.
Una vez en su calle se puso a buscar el número 27, pero iba por el 70. Al rato llegó, muy entusiasmado y llamó al timbre con mucha alegría.
Jose María al escuchar aquello fue brincando hacía la puerta. Una vez en ella, giró el pomo hacia la derecha y …. se encontró a Shin Chan.
Los dos con mucha alegría se abrazaron : ¿que tal amigo mio? Le preguntó Jose María.
-Muy bien, ¿y tu? Le preguntó Shin Chan.
Pues muy bien. Le respondió Jose María.
¿Te vienes a dar una vuelta por Sevilla? Le preguntó Jose María.
¡Pues claro! ¿Pero adónde vamos? Dijo Shin Chan.
Ya lo verás, es el alumbrado de Sevilla, dijo Jose María
Aaah, que chulo. Respondió Shin Chan.
Una vez en Sevilla, Shin Chan se quedó boquiabierto de lo bonito que era, él no se esperaba una cosa así.
Pero poco a poco se iba haciendo de noche y se tenían que ir. Jose María le preguntó a Shin Chan que si se quería quedar en su casa a dormir. Él con mucha ilusión aceptó. En la cama Jose María le dijo a Shin Chan que si quería ir todos los días que quedaban hasta que él se fuera, a Sevilla y poco a poco enseñarle todo lo que había en esa gran ciudad.
Esos días fueron los mejores momentos de sus vidas.
Cuando eran mayores seguían quedando en Sevilla como en los viejos tiempos.
BEATRIZ LARIOS Y MARTA LÉRIDA - 5ºB