17 abr 2013
EL VIAJE DE JUAN
Era un niño llamado Juan, tenía 10 años. Era hijo único y vivía con sus padres en una gran ciudad. Estaba entusiasmado porque llevaban mucho tiempo planeando un viaje a las montañas, con unos amigos de sus padres. Por fin iban a poder disfrutar de la naturaleza, el aire libre, los pájaros...
Ya tenían todo preparado para salir, llamaron a los amigos para confirmar que ya estaban listos y que se encontrarían en el hotel que habían reservado en medio de las montañas.
Cuando llegaron al hotel se instalaron. Para Juan todo era un sueño hecho realidad, alrededor solo se veían bosques de árboles y montañas al fondo. Era como si estuvieran aislados del mundo en el que estaban acostumbrados a vivir.
Él estaba ansioso por explorar aquel mundo pero como ya era por la noche esperarían hasta el día siguiente para ir de excursión. A primera hora Juan tenía sus botas de montañas puestas y la mochila preparada con todo lo necesario. Cogieron un sendero hacia el pico de una montaña pero antes de alcanzarlo tendría que atravesar un bosque muy espeso. Juan estaba muy nervioso y no paraba de adentrarse en los árboles y se despistaba demasiado, una de las veces que se adentró se dio cuenta de que nadie le seguía, y se asustó mucho. Decidió sentarse en un árbol para esperar a que fueran a buscarle, pero al cabo de un largo rato el único que apareció fue un niño de unos 12 años, que se quedó mirándole y le dijo: - ¿ Qué haces ahí parado ? Él respondió: - Creo que me he perdido, estoy esperando a mis padres. El niño le dijo que se llamaba Toni y que ya era muy difícil que lo encontraran porque el bosque era muy grande. Toni le contó que vivía en una cabaña cerca de allí, con sus abuelos que ya eran muy mayores.
Pasaron el día charlando y comiendo todo lo que Juan tenía en su mochila, pero al llegar la tarde, Toni le dijo que se fuera con él porque pronto sería de noche y no se podía quedar allí solo. Lo llevó a su cabaña y allí, le contó que siempre había vivido allí y que había aprendido a hacer todo: cocinar, lavar, cazar... Luego Juan le contó como era su vida en la gran ciudad y lo que había allí: coches, ruidos, electrodomésticos... Toni le estuvo contando historias del bosque hasta que se quedaron los dos profundamente dormidos.
A la mañana siguiente, Toni le enseñó a hacer todo. Con lo que cazaron, Toni lo cocinó y se lo comieron a mediodía. Más tarde aparecieron sus padres llamando a la puerta de la cabaña, a Juan nunca se le olvidará la cara que pusieron sus padres cuando le vieron. Su madre lloraba de alegría y su padre no paraba de cogerlo en brazos. Pero Juan en todo el tiempo que estuvo con Toni no se había dado cuenta de que todo el tiempo sus padres habían estado buscándole y pensando que le había pasado algo grave. Para él había sido una experiencia inolvidable la que había hecho con Toni, pero por lo que le había hecho a sus padres tenía que disculparse e irse con ellos. Le dijo a Toni que nunca le olvidaría porque por fin había vivido una gran aventura.
Jaime Baquerizo